The Red Cathedral

The Red Cathedral es probablemente el juego que más partidas en físico he jugado en lo que llevamos de año; que si, que participar en el Torneo Nacional ha ayudado a llegar a esas cifras, pero eso también ha hecho que le de muchas partidas a un juego muy bueno al que había empezado a jugar cuando salió hace ya dos años y medio pero con tantas novedades y el ansia de probar juegos diferentes lo había dejado un poco en el olvido, algo que The Red Cathedral no merece por ser muy buen juego y como muestra es que no ha parado de subir en la clasificación de la boardgamegeek desde su lanzamiento cuando lo habitual es que en esta lista los juegos se posicionen en las semanas siguientes a su salida a la venta (antes si el juego sale por campaña de mecenazgo) y después se estanque en esa posición y sufran muy pocas variaciones.

En The Red Cathedral seremos uno de los equipos de construcción de la futura Catedral de San Basilio encargada por Ivan Vasílievich, más conocido como Ivan IV El Terrible y por ser el primer Zar de Rusia. Cuando uno de los equipos de construcción finalice sus trabajos en la catedral se desencadenará el final de la partida y tras ello, quién más puntos de prestigio haya obtenido se alzará con la victoria y con el favor del zar.

La catedral está conformada por diversas torres que varían tanto en cantidad como cuántas zonas de construcción, cartas, las componen según el número de jugadores que participan en la partida; lo que hace que escale perfectamente a cualquier número de jugadores ya que si somos cuatro tendremos una catedral más grande, si somos tres tendrá un tamaño medio y si somos dos la catedral será más pequeña; cuando jugamos en solitario lo hacemos contra Ivan Yákolevich, el automa, con lo que el plano de la catedral será el mismo que a dos jugadores.

En cada turno solamente podremos realizar una acción de entre tres posibles que son: reclamar una zona de catedral para construir, conseguir recursos o enviar esos recursos a las zonas de construcción, que previamente se han reclamado o para decorar alguna ya construida. ¿Parece muy sencillo verdad? Pues realmente lo es, con muy poca explicación más podríais estar jugando ya; ahora bien, cada una de esas tres opciones esconde más de lo que aparenta y conforme más juego más me sorprende lo bien hilado que está todo y cómo combar las diferentes capas de las acciones para combar y optimizar más. Me explico: los recursos se obtienen moviendo unos dados en un rondel tantas posiciones como el valor del dado y se obtiene el recurso indicado en la localización del rondel donde el dado finaliza su movimiento multiplicado por el número de dados que se encuentran en dicha localización, pero hay que tener en cuenta que el almacén donde guardar los recursos es limitado y puede no caber todo el material obtenido, además de eso en cada cuadrante del rondel hay una carta de uno de los gremios presentes con dos acciones de las que podremos realizar una de ellas si llegamos con el dado a alguna de las dos porciones del rondel que la comprenden; como creo que podréis imaginar esto puede dar pie a importantes combinaciones si eres capaz de utilizarlas de la forma adecuada.

Para el torneo, los autores, modificaron ligeramente las reglas para acortar las partidas y que la duración de los clasificatorios no se alargaran en exceso, la estructura de la catedral fuera la misma y siempre estuvieran las mismas cartas de gremios presentes y para que las partidas fueran equivalentes en todas las jornadas. Sin embargo esos cambios han hecho un juego más ágil al que he seguido jugando ya una vez finalizado el torneo; eso sí, solamente se puede jugar a tres o cuatro jugadores a diferencia con el reglamento original con el que se puede jugar a dos y además tiene el modo solitario que antes nombraba y al que aún no he conseguido ganar a Ivan por más que lo he intentado.

The Red Cathedral es un juego que si bien se nota mucho la diferencia de la experiencia de los jugadores con el mismo, se le puede sacar a la mesa a prácticamente a cualquiera que tenga un mínimo interés en jugarlo aunque no esté especialmente familiarizado con los juegos de mesa modernos pues como comenté antes las reglas son sencillas y además la iconografía y las ilustraciones te recuerdan en el tablero personal en todo momento las opciones que tienes y eso facilita mucho el desarrollo de la partida para los que se enfrentan a él las primeras veces.

Tiene una expansión Contractors de la que ya os hablaré en otro momento pues más allá de estrenarla a final del año pasado, me centré en prepararme para el torneo, y no la he tocado desde entonces con lo que debo darle más partidas y probar bien todos los gremios para poder escribir en condiciones sobre ella pues además de añadir otra opción durante el turno con mecánica de colocación de trabajadores, más puntuaciones en las torres de la catedral y diez gremios nuevos algunos de los cuales se pueden jugar sólo con el juego base y otros requieren la expansión para poder utilizarlos.

Sin lugar a dudas es un juego con el que disfruto enormemente y que recomiendo a quien no lo haya probado que lo haga, pues tiene la sencillez necesaria para el jugador más novel y la profundidad necesaria para que el jugador más versado tenga que concentrarse para optimizar las jugadas si quiere obtener un buen resultado final. Todo esto hace que sea un gran juego que tiene un lugar especial en mis estanterías y al que tengo intención de seguir jugando muchas veces.

¿Jugamos?

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