Stone Age es un juego considerado de iniciación por la sencillez de sus reglas que son fácilmente comprensibles para cualquier persona que quiera empezar a jugar más allá de los conocidos juegos de naipes o clásicos como el Trivial, Monopoly, Cluedo o Risk; y adentrarse en los juegos de mesa modernos. Sin embargo, Stone Age es un juego que puede ser también muy divertido y satisfactorio para personas que lleven ya un tiempo en esta afición y jueguen habitualmente otras opciones más complejas o largas.
En Stone Age controlaremos una tribu prehistórica cuyos miembros distribuiremos por el tablero en las diferentes rondas de la partida para conseguir una serie de recursos (comida, madera, adobe, piedra y oro), fabricar herramientas, cuidar los cultivos, ir a la «cabaña del amor» (para aumentar la población de la tribu), construir edificios que otorgarán puntos en el momento o adquirir cartas que nos proporcionaran algún beneficio inmediato y servirán para puntuar al final de la partida bien por juntar diferentes diseños o por valorar nuestro nivel de población, de fabricación, construcción o agricultura.
Los recursos se obtienen mediante tiradas de dados y dispondremos de tantos dados como miembros de la tribu hayamos asignado a cada una de las tareas, a más dados más cantidad de recursos podremos conseguir, pero podemos tener mala suerte tirando los dados y sacar resultados bajos o insuficientes y para eso construimos herramientas que sólo se pueden utilizar una vez por ronda pero pueden aumentar el valor del resultado obtenido desde uno hasta doce que es el máximo nivel de herramientas permitido. Cabe decir que no todos los recursos tienen el mismo valor, ya que con un dos en el dado puedo conseguir un alimento pero necesitaré un seis para la misma cantidad de oro.
Al final de la ronda será necesario alimentar a la tribu, con lo que consumiremos comida por cada integrante de la misma; es decir, cuantos más miembros tenga nuestra tribu más acciones podremos realizar, o más potentes serán, pero más bocas tendremos que alimentar cada vez. ¡Cuidado con eso!
Es un juego ágil, ya que aunque no podamos realizar una acción concreta porque ya esté ocupada por un rival, siempre tendremos opciones de hacer alguna otra cosa y durante el turno de los rivales podemos pensar las diferentes opciones que nos interesen y acortar los tiempos de espera de los demás.
Lo que debemos tener en cuenta es la cantidad de rivales que tenemos, pues aunque sigue siendo el mismo juego, se juega de forma muy diferente si nos enfrentamos dos, tres o cuatro jugadores.
A dos jugadores: solamente estarán disponibles dos de las tres acciones especiales, si un jugador envía trabajadores a por un recurso el rival no podrá enviar miembros de su tribu a esa localización (salvo a por comida). Esto hace que sea una partida mucho más táctica ya que podemos bloquearle acciones importantes para el rival buscando nuestro propio beneficio o que el contrario tenga que cambiar la planificación que había hecho para esa ronda. Es un tipo de partida que si ambos jugadores conocen por igual el juego puede disfrutarse enormemente pues se convierte en un enfrentamiento directo por la optimización de la tribu.
A tres jugadores: mantendremos solamente dos acciones especiales disponibles y solamente dos jugadores podrán acceder a cada recurso (salvo la comida). Estas partidas pueden ser muy satisfactorias o muy frustrantes, difícilmente estén en el término medio; satisfactorias porque pasan de ser un enfrentamiento directo a una contienda a tres en la que puedes controlar hasta cierto punto las diferentes acciones y desarrollar cada uno su estrategia, pero también pueden darse el caso de «alianzas» en las que dos bloquean sistemáticamente a un jugador y se le impide avanzar casi por completo.
A cuatro jugadores: todo está disponible para todos, con la restricción propia de capacidad de cada acción. Probablemente sean las partidas más divertidas, tanto por ser en las que compartes la mesa con más personas y ser más los que estáis disfrutando juntos, como por ser las partidas en las que mayor capacidad de adaptación has de demostrar si quieres salir victorioso ya que desde que colocas un trabajador (o un grupo de ellos) hasta que puedes volver a hacerlo ha sido el turno de otras tres cabezas pensantes y la situación del tablero puede haber cambiado por completo con respecto a lo que tenías planeado al iniciar la ronda. Sin lugar a dudas son mis favoritas.
Stone Age es un juego que podría considerarse clásico pues hace catorce años de su primera publicación, tiene una versión décimo aniversario, una versión junior especialmente diseñada para los más pequeños (que no he tenido ocasión de probar) y una expansión (que estoy deseando tener).
Personalmente la edición que tengo en mi colección es la 10º Aniversario que contiene además de la edición normal otra cara en los tableros y losetas de edificios; manteniendo las mismas cartas, herramientas y miembros de la tribu (que en esta edición vienen personalizados). Se juega exactamente igual y sólo tiene dos pequeños añadidos: puedes pagar un oro extra al adquirir una carta para sumar seis puntos y algunos edificios permiten gastar una piedra más para ganar cinco puntos más de los que otorga ya de por sí el edificio en cuestión.
Además tiene dos miniexpansiones «animales salvajes» y «los iglús» que pueden jugarse juntas o por separado y que en el caso de las cartas de animales añaden una dificultad temporal a la hora de obtener recursos y la necesidad de que las diferentes tribus colaboren entre sí para espantar los animales salvajes. Los iglús simplemente proporcionan más opciones de construir edificios.
La expansión está pendiente de ser publicada en castellano por la editorial Devir y en cuanto lo hagan espero poder probarla pues ya tengo preparada la caja para guardarlo todo junto con el inserto que compré de la marca Folded Space y que permite una preparación mucho más rápida del juego y una mayor comodidad a la hora de guardarlo, espacialmente cuando llegue la expansión y no necesite un espacio extra en la estantería; hay más empresas que comercializan este tipo de insertos tanto en este mismo material como en madera cortada a láser y otros, al igual que existen diseños para hacer en casa con impresora 3D (personalmente prefiero los insertos en cartón pluma por combinar rigidez y ser livianos).
Si alguien quiere probarlo de forma gratuita y legal, además de estar seguramente en la sección de ludoteca de multitud de tiendas físicas especializadas en el sector, también puede jugarse online en el portal conocido como bga (boardgamearena) donde pueden probarse infinidad de juegos sin coste alguno; aunque por muy bien implementados que estén y en algunos casos te ahorren la siempre tediosa labor de mantenimiento que conllevan algunos juegos, siempre será preferible jugar en físico pudiendo tocar los componentes con las manos y juntándose alrededor de la mesa con amigos, familia o compañeros de juegos con los que compartir y disfrutar de la experiencia de la partida.
Una de las grandes virtudes del juego y por lo que es un fijo en mi colección es que me permite disfrutar en la misma mesa con multitud de personas diferentes; desde una partida para introducir en la afición a familiares o incluso simples conocidos, a una partida exigente de torneo en la que hay que estar muy pendiente de todas las decisiones que se toman pues la clasificación final es muy importante, pasando por partidas casuales con amigos en las que lo fundamental es el tiempo compartido y la experiencia vivida más que el resultado obtenido en los puntos.
En cualquier tipo de partida tienes la sensación de que estás progresando pues en mayor o menos medida consigues recursos que a su vez te permiten ir ampliando la cantidad de cartas o construcciones, vas aumentando la población, la cantidad de herramientas, avanzas en el track de agricultura… conseguirás al final una peor o mejor puntuación, podrás haber seguido el planteamiento inicial que tenías en la cabeza o habrás tenido que adaptarte por el buen hacer de los rivales, pero sin lugar a dudas al final de la partida tu tribu será mejor y más próspera que al principio y eso es altamente gratificante para el jugador.
En definitiva, Stone Age es un juego apto para cualquier público que por sencillez de reglas y mecánicas y por el tiempo que ha pasado desde su publicación está apartado por los jugadores más experimentados que si le dieran la oportunidad que merece disfrutarían de este clásico que ha abierto las puertas a esta afición a innumerables jugadores y que espero que lo siga haciendo. Al menos yo lo seguiré jugando siempre que tenga ocasión.
¿Jugamos?