Cartel de la 17ª edición del Festival Internacional de Juegos realizado por Paola Garrido
Hace ahora mismo cuatro semanas, el fin de semana del 14 al 16 de octubre; sí, el tiempo pasa muy rápido y ha pasado casi un mes completo; se estaba clausurando en Córdoba la decimoséptima edición del Festival Internacional de Juegos que organiza la Asociación Cultural Jugamos Todos en colaboración con la Diputación Provincial de Córdoba. Llevaba varios años oyendo hablar del Festival pero primero por miedo a acudir a un evento de tal magnitud sin conocer a nadie y después a eso se sumaron las restricciones por la pandemia, nunca me había atrevido a asistir, por lo que este año ha sido el primero y os puedo adelantar que no será el último.
Como disponíamos de varios días de vacaciones, nos fuimos unos días antes para aprovechar la ocasión y conocer la ciudad de Córdoba ya que no habíamos estado ninguno de los dos. Pudimos disfrutar de los patios, la gastronomía, los museos e imponentes lugares como la Mezquita-Catedral, el Alcázar o la cercana Madinat al-Zahra. Visitas que no podemos dejar de recomendar. Rodeados de esta hermosa ciudad y en una ubicación inigualable como el Palacio de la Merced tuvo lugar el Festival Internacional de Juegos, los patios y diferentes estancias estaban repletos de mesas abarrotadas y estands de editoriales y tiendas en los que había que hacer cola para acceder a comprar juegos y merchandising.
Daba por hecho que me iba a encontrar a amigos y otras personas que conocía, pero además tuve la suerte de poder desdigitalizar a amigos con los que hasta ese momento sólo había tenido ocasión de relacionarme a través de las redes sociales y de descubrir a personas maravillosas que también disfrutan mucho de los juegos de mesa; además, tuve la suerte de no estar solo en ningún momento gracias a mi compañera de viaje. Mi intención era jugar mucho y pude jugar, pero no contaba con que iba a pasar más rato conversando que delante de un tablero, sin embargo puedo asegurar que no me arrepiento para nada de las partidas que no se llevaron a cabo ya que la compañía mereció cada minuto que les dedique y me dedicaron, hasta el punto de que el momento de la despedida se alargó lo máximo posible pues no veíamos ninguno el momento de irnos.
El viernes por la tarde estuvimos recorriendo los patios, viendo las diferentes opciones y jugamos la primera partida; después nos fuimos a buscar algo que cenar y empezamos a encontrarnos con amigos y a conocer gente. Tuvimos un encuentro en la Plaza de la Corredera que difícilmente olvidaré, pasamos un rato muy agradable y ante el largo día que nos esperaba en unas horas decidimos ir a los respectivos hoteles a recuperar fuerzas.
Como se presuponía, el sábado fue un día muy largo pero en el que, al menos yo, disfruté muchísimo. Realizaron la entrega de premios que otorga el Festival en el Salón de Actos, a continuación se abrieron las puertas y al instante se llenaron las mesas hasta el punto de ser muy complicado encontrar un hueco dónde poder sentarse y poder desplegar cualquier juego, a pesar de ello conseguimos jugar alguna partida antes de irnos a comer salmorejo, croquetas y flamenquines (entre otras exquisiteces) con la intención de reponer fuerzas para la tarde y noche que nos esperaba. Ante la imposibilidad de encontrar ninguna mesa libre acabamos yendo a jugar al cercano Puerto Rico, un conocido bar por los asiduos al Festival que se sitúa junto al Palacio de la Merced y aunque la comida no está muy allá puedes ocupar alguna mesa para jugar a algo que no requiera mucho despliegue mientras tomas alguna bebida; de ahí fuimos nos fuimos al Devir Show, donde la editorial grabó con público su programa mensual en el que comentan los juegos recién llegados a tiendas y las próximas novedades, además de responder a preguntas del público y sortear multitud de juegos. El programa se alargó más de lo previsto con lo que el grupo en el que me encontraba decidimos tomar algo rápido para volver a jugar, estuvimos tan a gusto hablando y compartiendo experiencias que cuando quisimos ponernos con un tablero entre nosotros tuvimos que dejar la partida sin terminar y recoger pues cerraban hasta la mañana siguiente. Aquí empezó el proceso de despedidas pues había quien tenía la salida del tren pronto y ya no íbamos a poder coincidir.
El último día es cuando más pude jugar ya que la mayoría de la gente conocida se había marchado y fueron escasos los momentos de conversar; aún así hubo alguna complicación para encontrar mesas vacías, al ser solamente dos conseguimos algún hueco y conforme avanzó el día se fue despejando cada vez más hasta el momento de la clausura final.
A lo largo de los tres días era muy fácil encontrarse por las mesas o los pasillos con autores como César Gómez Bernardino, Germán P. Millán, Jesús Torres Castro (que además es el organizador del Festival), Manuel Martínez Aranda, Paz Navarro, Roberto Fraga o Santi Santisteban y Domingo Cabrera, entre otros; ilustradores como Javier González o Pedro Soto; editores y personal de multitud de editoriales nacionales como 2Tomatoes, Átomo, BumbleBee, Cacahuete, Cayro, Delirium, Devir, Draco Ideas, Eclipse, Falomir, Haba, Last Level, Ludilo, Ludonova, Maldito, Mebo, Mercurio, Perro Loko, Rocket Lemon, TCG, Tranjis, Zacatrus… y seguro que alguna se me olvida porque fueron muchísimas! Y por supuesto, medios lúdicos entre los que destaco: Casella d’eixida, El agujero hobbit, Fase de mantenimiento, Hotel Vader, La mazmorra de Pacheco, Owen Rules, Me cuento 20… probablemente hubo muchos más pero no fui capaz de reconocerlos, mis disculpas, además de que a la mayoría de estas personas no me atreví ni a saludarlas por miedo a incomodarlas o molestarlas.
El Festival son tres días muy intensos en los que con la excusa de los juegos de mesa relacionarse y conocer multitud de personas increíbles que acuden desde todos los rincones de la península, divertirse, pasar grandes momentos y hacer amigos con los que compartir una mesa, unos tableros, cartas, losetas, meeples, recursos… A mi, en lo personal, me supuso una inyección de felicidad, ánimos y energía que un mes después aún me duran. Una de las conversaciones que mantuve con Gonzalo fue la que me dio el empujón que necesitaba para acabar de decidirme a crear esto, a escribir y no quedármelo para mi solo, a compartir esta afición que tanto me aporta.
Una parte del Festival que no pude aprovechar fue la dedicada a los prototipos donde los autores enseñan sus propuestas y las prueban con diferentes jugadores para ir mejorándolos y ajustándolos con la intención de que alguna editorial pueda interesarse en publicarlo, pues las mesas estaban siempre llenas. En otras ocasiones he jugado prototipos y aconsejo que quien esté dispuesto a hacerlo y tenga la oportunidad que no lo dude pues es una parte muy bonita el poder colaborar con que el proyecto de otra persona pueda llegar a ver la luz; eso sí, sed muy sinceros a la hora de dar a quien esté creando ese juego vuestra opinión haciendo hincapié en las cuestiones positivas pero sin omitir las partes que consideréis más negativas o que necesitan algún cambio a vuestro parecer para que el juego pueda ser mejorado.
En próximos días iré añadiendo pequeñas publicaciones, pues serán primeras impresiones tras una o dos partidas, sobre los diferentes juegos que pude probar y jugar a lo largo de esos tres días que duró el Festival.
Como dije al principio, ha sido una experiencia tan gratificante en todos los sentidos que tengo la intención de marcarla con rotulador permanente en el calendario para que no se me vuelva a escapar (salvo razones de fuerza mayor) ya que incluso en un futuro con niños es un Festival muy disfrutable pues la oferta de juegos es muy amplia desde juegos infantiles y familiares sencillos a eurogames complejos y había mesas repletas de familias de todas las edades y jugadores de todo tipo mezclados con una sola cosa en común entre ellos: su pasión por los juegos de mesa, y yo comparto esa pasión así que si nada lo impide el año que viene repetiré y estaré encantado de compartir mesa con quien me lo proponga.
¿Jugamos?
